
La odontología actual busca como fin el ser mínimamente invasiva, conservando la mayor cantidad de tejido dental. Sin embargo, nuestro área de trabajo es un lugar oscuro y pequeño, que requiere para tal fin conservador, de herramientas que nos iluminen y amplien esta zona de acción.
Al tener que trabajar en zonas muy pequeñas, llega un momento en que nuestro ojo no es capaz de tener tanta resolución como para percibir los pequeños detalles, y necesitamos de algún tipo de magnificación que amplíe lo que vemos para poder realizar nuestro trabajo mucho más eficaz.
El microscopio quirúrgico es sin lugar a dudas el mejor de los instrumentos para iluminar y magnificar, mejorando significativamente nuestros diagnósticos y tratamientos, haciendo de este modo que el pronóstico sea más elevado y predecible, es decir, que nuestros tratamientos sean mejores.
Por otro lado, si nos encontramos cómodos a la hora de trabajar, seremos capaces de aguantar sesiones de trabajo más largas sin dolor, y consecuentemente en el éxito de nuestros tratamientos.
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